ENTRENAMIENTO AUTÓGENO
Una Psicoterapia para recuperar la Salud
El entrenamiento autógeno es una psicoterapia que previene enfermedades basada en ejercitar la mente para recuperar la salud y en ejercicios de relajación mental.
¿Qué es el entrenamiento autógeno como psicoterapia?
El entrenamiento autógeno es una disciplina terapéutica basada en seis ejercicios de relajación mental, destinados todos ellos a reducir el estrés y ayudar al organismo a combatir o prevenir las enfermedades. El adjetivo autógeno significa literalmente "que se produce a sí mismo" o "que proviene de dentro", y el entrenamiento tiene estrecha relación con la autosugestión, la meditación y el yoga.
La práctica de esta disciplina no obliga a usar ningún aparato o atuendo especial ni a adoptar posturas corporales difíciles o incómodas, algunas personas la han comparado con aprender a conducir un automóvil: primero hay que sentarse cómodamente detrás del volante, luego encender el motor y arrancar en forma apropiada (con calma y sin sacudidas bruscas), a continuación hacer cambios de velocidad según se requiera (alterar los estados físicos y mental) y finalmente pisar el pedal del freno con suavidad hasta detenerse.
Utilidad del entrenamiento autógeno como tratamiento psicológico
El entrenamiento autógeno se ha empleado para combatir diversos trastornos, como ansiedad, bronquitis, colitis, depresión, eccema, insomnio, hipertensión, indigestión, migraña, úlceras e incluso el sida. Se dice que el efecto calmante que produce ayuda al cuerpo a sanar, y es muy útil para quienes desean dejar de recurrir a los somníferos y los tranquilizantes.
Se afirma también que esta disciplina es benéfica para los atletas y los deportistas, pues gracias a ella logran que su organismo aproveche mejor el oxígeno y que su rendimiento aumente; también los ayuda a recuperarse con más rapidez de las lesiones y la fatiga. Otros usuarios de la terapia son los comerciantes, los tripulantes de avión y las personas que quieren prevenir la descompensación por viaje.
El entrenamiento es apropiado para personas de todas la edades, excepto niños menores de seis años. Se dice que los niños mayores que ha aprendido los ejercicios de esta terapia se comportan mejor en casa y mejoran su rendimiento escolar.
¿Cómo es una consulta de entrenamiento autogeno como tratamiento psicológico?
Antes de comenzar, el terapeuta examina a la persona para cerciorarse si es apta para el entrenamiento, y le pide rellenar un formulario acerca de su historial clínico. Algunos pacientes sólo reciben tratamiento bajo la debida supervisión médica; por ejemplo, los que padecen glaucoma (aumento de la presión intraocular) o afecciones cardiacas graves. También se proporciona terapia especial a las personas con problemas emocionales, a las mujeres embarazadas y a quienes sufren asma, diabetes o epilepsia.
La técnica que emplea el terapeuta varía según las necesidades del paciente pero suele basarse en una pauta general. Una vez que comprueba la aptitud de la persona para el entrenamiento, el terapeuta le enseña las tres posiciones autógenas principales en que pueden practicarse los ejercicios.
El entrenamiento generalmente se enseña a grupos de seis a ocho personas; las sesiones duran unos 90 minutos y por lo común se realizan una vez a la semana durante dos o tres meses.
En las primeras dos a cuatro sesiones el terapeuta se concentra en el ejercicio de "pesadez", que es el primero de los seis que los pacientes deben aprender y en los cuales tienen que repetir en silencio ciertas frases para experimentar gradualmente una sensación de tranquilidad y relajación profunda. Al principio efectúan los ejercicios en una habitación cómoda e iluminada tenuemente; más tarde los practican en cualquier parte; en casa, en la escuela, mientras se hallan en un embotellamiento de tráfico o al hacer antesala para una entrevista importante.
Al inicio de cada sesión los pacientes leen en voz alta las notas que tomaron durante los seis días previos acerca de sus actividades y hacen comentarios sobre los ejercicios que practicaron en casa. Llevar dicho registro diario sirve de recordatorio a los pacientes y de guía al terapeuta. Si en esta etapa surgen dificultades, éste trata de resolverlas reajustando el programa de ejercicios de cada persona.
Conforme el tratamiento avanza los miembros del grupo tamben realizan una serie de ejercicios "de desahogo" cuyo fin es librarse de la tristeza, la amargura, la ira, el temor y otros sentimientos reprimidos que podrían provocar malestares físicos.
Al terminar el periodo de entrenamiento, el terapeuta les pide a los pacientes que practiquen los ejercicios básicos en sus hogares y en los sitios que deseen. Al principio cada ejercicio sólo debe durar uno o dos minutos y practicarse tres veces al día; luego habrá que realizarlos durante 15 a 20 minutos, también tres veces diarias. Una vez que los domine, cada paciente podrá incorporarlos a su actividad cotidiana.
El punto de vista ortodoxo sobre el entrenamiento autógeno como psicoterapia
El entrenamiento autógeno goza de aceptación entre los médicos como técnica para relajarse. Se considera que es útil en particular para combatir enfermedades psicosomáticas y trastornos en que hay sobreesfuerzo del sistema nervioso simpático, el cual regula ciertas funciones corporales no sujetas a control voluntario.
Más de 3.000 artículos científicos publicados en años recientes dan testimonio de la eficacia del entrenamiento autógeno como recurso terapéutico, si bien no se sabe con certeza cómo funciona.
Hay pruebas de que cualquier anomalía en el sistema inmunológico del cuerpo predispone a contraer enfermedades; además, la tensión causada por el estrés pude provocar calambres, distensión muscular y dolor de espalda, lo cual afecta a la coordinación y vuelve a la persona propensa a los accidentes.
Los practicantes de esta terapia afirman que hay un vínculo entre emociones negativas como la ira y la aparición de trastornos como el hombro congelado y las hemorroides, y que sus técnicas ayudan a combatir éstos.
Una peculiaridad del entrenamiento es que induce a experimentar las llamadas "descargas autógenas", unas sensaciones fugaces relacionadas con ciertos recuerdos. Dichas descargas suelen ser intensas, y en ocasiones son acompañadas por una sensación de vitalidad y energía.
Historia del entrenamiento autógeno como psicoterapia
En entrenamiento autógeno fue desarrollado a finales de la década de 1920 por el neurólogo alemán Johannes Schultz, quien hipnotizaba a sus pacientes para devolverles la salud; como había notado que éstos se beneficiaban del estado de relajación hipnótica, se propuso averiguar si también obtendría buenos resultados sin emplear el hipnotismo.
Schultz ideó una serie de ejercicios de relajación basándose en sus observaciones clínicas. Mediante la repetición mental de ciertas frases, los pacientes lograban sentir pesadez o calor en las extremidades y el abdomen, disminuir su ritmo cardiaco, regular su respiración y sentir frío en la frente, todo lo cual ayudaba a mitigar los síntomas de las enfermedades.
Su técnica resultó tan eficaz que en pocos años comenzó a practicarse en toda Europa, en América del Norte y en Japón. En la actualidad el entrenamiento autógeno es conocido en casi todo el mundo y cada día hay más terapeutas que lo practican.