TRASTORNOS MAMARIOS

Consejos Terapéuticos   


¿Qué son los trastornos mamarios?

Los trastornos mamarios se deben a fluctuaciones hormonales relacionadas con el ciclo menstrual o con el aumento y la disminución de la fecundidad a través de los años y pueden tratarse con terapias y medicinas naturales, otras terapias alternativas y consejos terapéuticos.

Mamarios

La mayoría de las mujeres llegan a padecer trastornos mamarios en algún momento de sus vidas, los cuales generalmente se deben a fluctuaciones hormonales relacionadas con el ciclo menstrual o con el aumento y la disminución de la fecundidad a través de los años. Dichos trastornos tienden a desaparecer solos a medida que los niveles de hormonas se estabilizan.

Los senos o mamas están formados por tejido glandular y grasa, así como por ligamentos fibrosos que los sostienen unidos a la pared torácica. Ciertas hormonas que circulan por el torrente sanguíneo hacen que los senos crezcan y se desarrollen en la pubertad, que produzcan leche después de que la mujer ha dado a luz y que pierdan firmeza a partir de la menopausia.

El tejido pectoral masculino es escaso y está formado principalmente por fibras musculares; por eso los hombres muy rara vez sufren trastornos en esa zona. Si un varón siente dolor o hinchazón en la región torácica, debe buscar ayuda médica.

Los trastornos mamarios más comunes son la mastalgia (dolor de senos) y la enfermedad fibroquística (abultamiento anormal de las mamas). Menos frecuente pero más grave es el cáncer de mama, y algunas mujeres que dan el pecho a sus bebés experimentan dolor o molestias que pueden aliviarse mediante un tratamiento sencillo.

Muchas mujeres se quejan de dolor de senos antes de cada menstruación, en tanto que algunas embarazadas lo sienten poco después de concebir. Al aumentar el nivel de estrógeno y de sodio en su sangre a consecuencia de esos procesos fisiológicos, el tejido adiposo de sus cuerpos tiende a retener líquidos, y como los senos están formados por ese tipo de tejido, se hinchan con facilidad y se ponen hipersensibles.

Entre los 30 y 55 años de edad, casi 5 de cada 10 mujeres sufren un aumento de tejido fibroso y glandular en los senos, lo que hace que éstos se abulten y duelan, sobre todo antes de menstruar. En los senos también pueden formarse adenomas, que son tumores benignos de consistencia blanda que parecen “cambiar de lugar” al tratar de tocarlos, y quistes, los cuales tienden a aparecer en la parte superior externa del seno (cerca de la axila) y suelen deberse a un exceso de estrógeno, una deficiencia de vitamina E o la ingestión inmoderada de xantinas, sustancias contenidas en el café, el té, el chocolate y las bebidas de cola.


Consejo de prevención para los trastornos mamarios

Las mujeres pueden reducir el riesgo de padecer algunos trastornos mamarios practicándose con regularidad un autoexamen de senos preventivo y adoptando un ritmo de vida más saludable, además de tomar algunas medidas específicas de autocuidado.

Hay que reducir al mínimo el consumo de sal y alimentos salados para disminuir la retención de líquidos en el cuerpo, lo cual es una causa frecuente de mastalgia. Asimismo, se recomienda comer frutas y verduras frescas en abundancia, en particular las que contienen vitamina B6 (como el aguacate, el plátano y el melocotón), que ayuda a eliminar líquidos debido a sus propiedades diuréticas y a restablecer el nivel normal de estrógeno en la sangre.

Otra medida aconsejable es abstenerse de tomar café, té, chocolate y bebidas de cola, así como no fumar ni abusar de las bebidas alcohólicas, pues el humo del tabaco y el alcohol hacen aumentar el riesgo de contraer cáncer. Hay que reducir también el consumo de grasas de origen animal, ya que según los expertos éstas contienen sustancias que favorecen la aparición del cáncer de mama. Se recomienda comer más productos de soja, pues se cree que contrarrestan los efectos nocivos de las grasas.

Hacer ejercicio en forma habitual ayuda a quemar las grasas en vez de acumularlas en el cuerpo. La actividad física también ayuda a reducir las molestias del síndrome premenstrual, sobre todo en las mujeres expuestas a estrés.
Practicar la natación y saltar a la comba es una buena medida para reafirmar los tejidos y fortalecer los músculos pectorales. Conviene asimismo usar sujetadores que den firmeza a los senos, pues la flaccidez agudiza el dolor premenstrual.

Un ejercicio recomendable para tonificar los músculos torácicos es juntar las manos a la altura del pecho y hacer una fuerte presión una contra la otra hasta la cuenta de cinco; luego hay que relajarse y repetir el ejercicio otras cuatro o cinco veces.

Otra medida para prevenir la flaccidez de los músculos pectorales es adoptar una buena postura al permanecer de pie y al sentarse; hay que mantener recta la espalda y respirar correctamente para llenar de aire los pulmones: al inhalar y exhalar deben moverse el abdomen y el diafragma, no los hombros.
Los ejercicios del yoga también ayudan a reducir la tensión muscular y reafirmar los senos. Las posturas más provechosas son las que obligan a ejercitar los músculos torácicos y los dorsales.

 

Autoexamen de senos

Hay que dedicar de 10 a 15 minutos cada mes para examinar los senos. El momento idóneo para hacerlo es justo después de menstruar. En la semana previa a la menstruación y durante ella los senos pueden doler y sentirse hinchados, pero esto no es anormal. Después de la menopausia conviene realizar el examen un día fijo de cada mes. Al cabo de un tiempo, usted conocerá bien la apariencia normal de sus senos y podrá notar de inmediato cualquier cambio inusual. Algunas mujeres desconfían de su habilidad y por eso prefieren acudir a un ginecólogo cada seis meses para que él realice el examen.

1) De pie, con el torso desnudo y frente a un espejo bien iluminado, observe la forma y textura de sus senos y revise el estado de sus pezones. Fíjese en particular en cualquier hundimiento o abultamiento.

2) Pase los brazos por detrás de la cabeza y vuelva a observar; mírese también de perfil y en posición inclinada.

3) Alce y baje los brazos y vea si sus pezones se mantienen nivelados.

4) Oprímase levemente cada pezón y cerciórese de que no suelten líquido ni estén agrietados o hipersensibles.

5) Acostada y con un cojín grueso o una toalla doblada debajo del hombro izquierdo, pase el brazo de ese lado por detrás de la cabeza. Luego, con los dedos de la otra mano, oprímase el seno izquierdo describiendo pequeños círculos desde la periferia hasta el pezón. No deje ninguna zona sin revisar.

6) Describiendo también pequeños círculos con los dedos, oprímase desde la axila hasta el nacimiento del seno, y luego cambie de brazo para revisarse el otro.
Si se detecta algo anormal, acuda al médico en cuanto le sea posible. Procure mientras tanto tomar las cosas con calma y recordar que la mayoría de los abultamientos en los senos son inofensivos.

 

Lactancia

Las mujeres que dan el pecho a sus bebés necesitan mucho descanso y una dieta adecuada, que incluya complementos de vitaminas, calcio y hierro. Además de los líquidos habituales, deben tomar un vaso de agua después de cada comida.

Para amamantar, la mujer debe sentarse cómodamente en una silla con respaldo recto y sostener a su bebé en el regazo, con una almohada en las piernas; así no tendrá que agacharse para acercarle el pezón al bebé, pues esto fuerza los músculos de la espalda y cansa rápidamente los brazos. Hay que dedicar todo el tiempo necesario para alimentar al pequeño y procurar relajarse (a veces ayuda darse un baño con agua tibia y escuchar música suave al darle el pecho al bebé).

Ciertas molestias que aquejan a algunas mujeres al lactar pueden aliviarse con remedios caseros, pero si se tiene fiebre, dolor de senos y se segrega una leche de tono verdoso, hay que consultar al médico sin demora, pues podría tratarse de mastitis. Si además de esos síntomas hay inflamación de senos, la causa pudiera ser un absceso, que también requiere tratamiento médico.


Consejos de Naturopatía como terapia alternativa para los trastornos mamarios

Los naturópatas recomiendan conservar el peso corporal óptimo y comer raciones generosas de berro, nabos y plantas crucíferas como la coliflor y el brécol.

Una bebida vigorizante se prepara con una parte de zumo de nabo, otra de zumo de berro y una cantidad equivalente de zumo de zanahoria (hay que tomar diariamente esta bebida).

También se aconseja lavarse los senos con agua fría todos los días para estimular la secreción de leche.

El naturópata prescribirá una dieta especial para desintoxicar el organismo y quizá recomiende complementos de vitaminas A, B1, B6, C y E, según las necesidades de la paciente, así como un tratamiento con sales tisulares. Se dice que las cápsulas de calcio, arginina, algas marinas, aceite de hierba del asno y aceite de semillas de linaza ayudan a aliviar las molestias de la enfermedad fibroquística.


Consejos de Aromaterapia como terapia natural para los trastornos mamarios

Para aliviar el dolor de senos, se aconseja darse un masaje en la zona del pecho con una crema preparada con 1 parte de aceite esencial de geranio, 5 partes de cera blanca, 12 partes de agua y 20 partes de aceite de almendras dulces; hay que aplicarse la crema antes de ir a dormir. Otra opción es lavarse los senos en una palangana con agua tibia previamente hervida en la que se hayan diluido 3 6 4 gotas de aceite esencial de geranio.


Consejos de Homeopatía como terapia alternativa para los trastornos mamarios

Se suele prescribir Calcium ostrearum y Ca!cium phosphoricum para reducir la hipersensibilidad en los senos, y Conium flaculatum para aliviar el dolor de mamas durante el embarazo.


Consejos de Reflexología como terapia natural para los trastornos mamarios

Para combatir la enfermedad fibroquística, se estimulan desde la segunda hasta la quinta zonas reflejas de la parte superior de los pies.


Consejo Clínico Ortodoxo para el tratamiento de los trastornos mamarios

Para aliviar la mastalgia, los médicos generalmente prescriben diuréticos a fin de reducir la retención de líquidos y calmar el dolor, u hormonas sintéticas para equilibrar el nivel de estrógeno en la sangre.

En los casos de quistes mamarios debidos a la enfermedad fibroquística, los médicos suelen enviar a las pacientes a un hospital para drenarlos por medio de una jeringa o extirparlos mediante una incisión quirúrgica. En ocasiones se requiere una biopsia para descartar posibles tumores malignos, la cual consiste en extraer una pequeña muestra del tejido sospechoso balo anestesia local o general y luego examinar las células en el microscopio. Si el tumor está formado por tejido fibroso, es probable que se proceda a extirparlo, aun cuando la biopsia confirme que es benigno.

Las mujeres que padecen la enfermedad fibroquística corren mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama, al igual que las que tienen antecedentes familiares de la enfermedad. A todas las mujeres de entre 50 y 64 años de edad se les recomienda someterse cada tres años a un examen de detección de cáncer mamario, así como a las que pertenecen a grupos de alto riesgo.

Dicho examen preventivo suele constar de una mamografía (una radiografía de senos en que la paciente se coloca frente a dos placas fotográficas) y una prueba de ultrasonido, la cual consiste en pasar sobre cada seno un pequeño aparato que emite ondas sonoras de alta frecuencia, las cuales se registran en una pantalla luminosa o una placa fotográfica. Si se detecta un tumor canceroso, se remite a la paciente a un especialista para ser sometida a cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos tratamientos.